Afloja las correas y aseguraté que la tienes puesta en tu talla, esto hay que hacerlo antes de llenarla.
Coloca el cinturón lumbar por encima de tu cadera, y aprieta la correa.
El siguiente paso es apretar las hombreras, pero no demasiado, como veis en el dibujo, el peso debe de estar más centrado en la cadera que en los hombros, de esta forma evitamos pasar un mal rato por sobrecarga de trapecios.
Si el punto donde sale la hombrera es demasiado bajo, es porque la espalda de la mochila es corta, por lo tanto deberemos poner una talla superior.
Si por el contrario queda por encima de nuestro hombro, es porque la espalda de la mochila es demasiado larga, por lo tanto deberemos poner una talla más pequeña para que la hombrera salga del lugar adecuado, como en el dibujo 4.
Una vez ajustado las dos partes nos abrochamos la sujeción del pecho, es una manera de estabilizar las hombreras, pero hay que tener la precaución de no apretarla, ya que podría dificultar la respiración al no dejar expandirse la caja torácica.
El ultimo paso es el ajuste de las correas que están por encima de las hombreras, acercando la mochila cuando estamos en terrenos mas o menos llanos, y alejándola cuando estamos subiendo cuestas, de esta manera conseguimos que el peso este siempre centrado en la cadera.
Seguidamente ajustaremos las cintas laterales del cinturón lumbar para acercar la carga a la cadera, cuanto más cerca esté de la cadera, menos sentiremos la sensación de carga, la mochila y nosotros debemos ser uno, debe de formar parte de nosotros.
Redacción y recopilación por Francisco Beltrán- Guía UIMLA
Fotos y dibujos de www.deuter.com